Sentí ganas,
anoche,
de sumergirme
en tus pestañas
otra vez.
Soy la propia
artífice
de mis mayores desvelos
y el verdugo encapuchado
camino a la guillotina.
Interpretabas el silencio
a la manera más idónea.
Cantas con los ojos,
calla el mundo.
Aún no te hago justicia.
Y es que si te lo dijera,
no comprenderías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario