miércoles, 28 de noviembre de 2007

Piscis


Dos peces atados el uno al otro.


Aparece como el mundo del conjunto / de lo global / de lo ilimitado /de lo infinito / de lo latente /de lo inclasificable / de lo inapresable /de lo inefable / en que lo irracional y lo suprarracional reinan por completo.



Fáciles de hallar.. Difíciles de conservar...

domingo, 18 de noviembre de 2007

Inquietudes decoloradas


Si al menos pudiera, comenzaría otra vez mi descubrimiento del fuego. Mi percepción del aire caliente.
Olvidaría los sismos que dejé atrás, las aguas hirvientes de mis antepasados. Saldría a la calle ignorante de los disparos, de la naturaleza muerta, de las nauseas ajenas, y de la tristeza peregrina de alguien que acaba de mutar como una crisolada espantada por el mundanal ruido de los otros.
Miraría a los ojos de los transeúntes como si no tuviera otra historia para contar. Si al menos pudiera...
Dejaría que las manos volvieran a tocarme en este lugar que es un desierto con resquicios que el eco ya no multiplica.
El sol encandila y la ceguera nos hace invitaciones promiscuas. Es el intervalo donde la naturaleza se vuelve monocroma y cae por la inclinación del destiempo. Basta/ tal vez / con dejar que el sol entibie las dudas / implosione / se evapore / regurgite / que succione para sí todo a su alcance / o se lance de boca contra el pavimento /que se suicide o le quite gravedad a un solo instante.

Evidente mente


Lo siento...
Siento si alguna vez mi boca dijo más.
Lo siento, mi intención no era fermentarme en tus ojos, solo que compartiéramos un mismo espacio. Especial y único.

Marioneta de notas diferentes.
Musa entre faldones de tul y lazos imaginarios de seda.
Acosada por un pensamiento absurdo, me escondí entre lo claro y lo oscuro.
Una sola palabra, una sentencia. Una oruga que nunca será mariposa. Entonces: Dolor.

Intentaste soñar, como dictándole un libreto a tú subconsciente. Pero, la mente no acepta imposiciones, solo reconoce los mandatos propios, incorruptibles a los deseos que intentan doblegar su voluntad. Entonces, soñaste.

A paso lento, por senderos quietos, trato de explicarte la importancia de mi silencio, es posible que tu hazaña elemental le haga una zancadilla a mis costumbres, o que pinte de zafiro las noches donde no está o haga de esta pequeñez una razón con sentido. Sin embargo el crucero zarpa a destiempo, haciendo zig-zag entre mis piernas tibias.

Echaré en la orilla los retos de firmeza/ dejaré el disfraz / los zapatos / los comienzos /dibujaré mi luz taciturna, y volveré a ese abismo zurcido de lo que soy /la que calla todo / la que inventa todo /la que no dice nada.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Dualidad Integrada



Estamos hechos de dos por donde quiera que lo veas, el ying yang ilustraría muy bien este aspecto inherente al ser humano. Somos hombres y mujeres, anima y animus, incubus y sucubus, vida y muerte, ángeles y demonios, blanco y negro, todo y nada, somos lo que somos y nuestro contrario.

Lo más maravilloso de estas aparentes bipolaridades es que se bifurcan en infinitas posibilidades cuando tratamos de llegar al equilibrio o la integración concreta de dicha dualidad, que de por sí ya está integrada, solo que a veces no nos queremos dar cuenta.

Todo tiene su contra parte en el universo. Si siempre pensáramos que todo tiene su contrario, es un buen comienzo para empezar a crear. El contrario de los colores, el contrario de lo que soy, el contrario del contrario, y así llegar a finísimas y hermosas nociones de la realidad.

Hablando en tonalidades, a mi siempre me ha gustado mantenerme en gris. Alguna vez alguien me dijo que eso era mediocre, hay que estar en blanco o negro, yo reniego, porque he forjado mi ser para mantenerme en el gris (y no me refiero a mantener cierta neutralidad o algo así) de hecho estar en negro es más fácil, pues se omite por completo el blanco, sabes lo que eres y lo que no eres, sin embargo no hay riesgo en ello, pues nunca se intentará probar lo contrario. Pero que pasa cuando tomas en cuenta ambos y sabes que eres intermitente entre ellos, aprendiendo y probando las interminables combinaciones y tonalidades de grises que pueden resultar del blanco y del negro, del negro y del blanco.

...Tal vez no viviré para contarlo... pero en el intento probablemente moriré...