viernes, 11 de julio de 2008

Lapsos


Me gusta cuando jugamos con la ambivalencia de nuestras posibilidades. Cuando lo único que cuenta es que te muerda con la violencia adecuada y me mires cuando menos lo espero. Me gusta la sincronización de lo pausado y la demora que enciende la chispa.
Como suspendidos en el tiempo, a un costado del camino. Que pájaros presagien la mañana, que la literatura siempre esté a tono. Que se entiendan los silencios. Que nada nos falte. O que el mundo se ausente.

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